Cuando fuimos a la cancha juntos por primera vez, no era exactamente para jugar, sino para tomarnos unas fotos. A Francisco siempre le ha encantado el fútbol, y aunque Alicia no es tan fanática, quiso sumarse a la idea. Él se puso su camiseta favorita, como si realmente fuera a disputar un partido, y ella escogió una que hiciera juego, solo para la ocasión.

Nos reímos un montón mientras intentábamos posar como jugadores profesionales. Después de varias fotos, subimos una a redes con la frase: «Juntos en todas las canchas de la vida». Todo iba bien hasta que un amigo comentó: «¿Y quién ganó el partido?».

Alicia no lo dudó y respondió: «Obvio yo, porque le robé el corazón».

Francisco solo pudo reírse y aceptar la derrota. Lo mejor fue que la publicación se llenó de corazones y comentarios dándole la razón. Al final, el partido no se jugó, pero el marcador quedó claro: Alicia 1 – Francisco 0.

Cuando hicimos nuestro viaje de aventura a la Patagonia, conocer El Chaltén era uno de nuestros grandes sueños. Habíamos visto fotos de sus paisajes impresionantes, pero estar ahí fue otra cosa. Desde que llegamos, el aire puro y las montañas gigantes nos hicieron sentir diminutos y emocionados al mismo tiempo.

Nos levantábamos temprano cada día, listos para recorrer los senderos. Uno de los momentos más memorables fue la caminata hasta la Laguna de los Tres. El camino no era fácil, sobre todo la última parte, que parecía eterna, pero nos alentábamos mutuamente. «Dale, ya falta poco», nos decíamos, aunque en realidad aún quedaba bastante.

Cuando finalmente llegamos a la cima y vimos el Fitz Roy reflejado en el agua cristalina, nos quedamos en silencio, maravillados. Fue uno de esos momentos en los que todo el esfuerzo valió la pena.

Antes de bajar, alguien nos pidió que le tomáramos una foto y, a cambio, nos sacó una a nosotros. Subimos esa imagen a redes con la frase: «Juntos en todas las cumbres de la vida». Lo gracioso es que, entre los comentarios, un amigo escribió: «¿Y quién ganó la carrera hasta la cima?».

Sin pensarlo, Alicia respondió: «Obvio yo, porque le robé el corazón».

Francisco solo pudo reírse y aceptar su destino. En el sendero habíamos llegado juntos, pero en la vida, ella siempre se lleva la victoria.

Siempre hemos creído que hay abrazos que dicen más que las palabras. En un momento especial, alguien nos tomó una foto sin que nos diéramos cuenta. Nos veíamos felices, tranquilos, simplemente disfrutando de estar juntos.

Cuando la vimos, supimos que era la imagen perfecta, así que la subimos con la frase: «Juntos en todas las historias de la vida».

No tardaron en llegar los comentarios, y uno de nuestros amigos bromeó: «¿Y quién abraza más fuerte?».

Alicia, con su rapidez habitual, respondió: «Obvio yo, porque le robé el corazón».

Francisco solo pudo reírse. En la foto se veía claro: el amor nos envolvía, pero Alicia siempre encontraba la forma de ganar.

Recuerdo cuando, al principio de todo, nos conocimos en esa disco. Nos veíamos como dos extraños en medio de un montón de gente, pero algo en el ambiente nos conectó. La música, las luces, la gente, todo parecía perfecto. Nos lanzamos a la pista de baile sin pensarlo mucho, como si ya nos conociéramos de toda la vida.

Alguien nos tomó una foto mientras estábamos bailando, riendo y disfrutando de la noche. Estábamos tan relajados y felices, ni siquiera nos importaba que nos miraran. Subimos la foto con la frase: «Juntos en todas las noches de nuestra vida».

En los comentarios, un amigo escribió: «¿Y quién era el mejor bailarín?».

Alicia, siempre tan segura, respondió: «Obvio yo, porque le robé el corazón».

Francisco no pudo evitar reírse, y aunque la verdad es que él tenía mucho ritmo, en ese momento, Alicia ya se había ganado la victoria en el baile y en el amor.